ARTRITIS REUMATOIDE
Es
una enfermedad autoinmune crónica caracterizada por una inflamación de las
articulaciones, aunque también puede afectar a otros órganos. Si no se trata de
forma correcta, puede deparar una incapacidad laboral permanente, una
importante pérdida de la calidad de vida y un acortamiento medio de la
supervivencia de unos cinco años. Es una enfermedad degenerativa, no tiene
cura.
Patología:
La
patología se encarga del estudio de las enfermedades en su más amplia
aceptación, como procesos anormales de causas conocidas o desconocidas.
Patología
de la artritis reumatoide:
La
enfermedad comienza de forma lenta e insidiosa con manifestaciones generales
que presentan otras enfermedades, como la fiebre o la astenia.
Afectación
de las articulaciones diartrodiales: Inicialmente se produce una
inflamación que resulta apreciable a simple vista y causa dolor en el individuo
que la padece. Junto con la inflamación, pueden aparecer otras manifestaciones
como son el aumento de volumen, rigidez tras el descanso nocturno que va
desapareciendo progresivamente a medida que el paciente ejerce su actividad
diaria, debilidad muscular y limitación de la movilidad.
Articulaciones
diartrodiales:
La
disposición general de muchas articulaciones sinoviales bastante similar,
comprende las superficies articulares, los cartílagos articulares, la cápsula y
los ligamentos.
Las
superficies articulares son capas especializadas de tejido óseo compacto,
frente a otras iguales del hueso que concurre en la articulación.
Epidemiologia
de la patologia
AR no
es una enfermedad con causas y manifestaciones siempre claras y definidas, a
menudo los reumatólogos deben establecer lo que se conoce como «diagnóstico
diferencial», es decir, tienen que asegurarse de que las manifestaciones del
paciente no sean provocadas por otras enfermedades que cursan con artritis o
inflamación de las articulaciones.
Aún
no se cuenta con una prueba que establezca con certeza el padecimiento de la
enfermedad. En otras palabras, el interrogatorio y la exploración física del
paciente, mediante los cuales el facultativo indaga sobre los antecedentes
personales y familiares del paciente y valora los síntomas y signos que éste
presenta, constituyen los pilares del diagnóstico de la enfermedad.
Historia
natural de la enfermedad.
(artritis reumatoide)
(artritis reumatoide)
Concepto: Enfermedad sistémica autoinmune,
caracterizada por provocar inflamación crónica principalmente de las
articulaciones, que produce destrucción progresiva con distintos grados de
deformidad e incapacidad funcional.
Periodo prepatogénico
AGENTE: Bacterias y virus: atacan el
tejido sano o membrana sinovial , la cual se inflama liberando enzimas que a lo
largo del tiempo dañan el cartílago, huesos, articulaciones.
Origen genético: El sistema inmune ataca las
articulaciones por que no las reconoce como propias y por ello se inflaman. Hay
ciertos genes que predisponen la enfermedad.
HUESPED: Aproximadamente 1% de la
población mundial esta afectada por la artritis reumatoide, siendo las mujeres
tres veces mas propensas a la enfermedad que los hombres. La aparición suele
ocurrir entre los 40 y 50 años de edad, sin embargo, puede aparecer en cualquier
edad.
Medio ambiente: La distribución de la enfermedad es
mundial, no obstante hay zonas con mayor prevalencia, como los indios
americanos y zonas con menor gravedad, como el África subsahariana y la
población negra del Caribe.
Periodo patogénico
Prevención
primaria:
Prevención
secundaria:
Prevención
terciaria.
Tratamiento
El tratamiento consiste básicamente en la
combinación de una terapia no farmacológica y una terapia farmacológica. La
terapia no farmacológica corresponde a una serie de recomendaciones
relacionadas con el reposo y la realización de ciertos ejercicios destinados a
mejorar la flexibilidad de las articulaciones afectadas. Asi mismo, a menudo se indica el
seguimiento de técnicas de fisioterapia o la inmovilización temporal de un
segmento corporal, por ejemplo mediante el uso de férulas de reposo. La terapia farmacológica consiste en la administración
de Los analgésicos y anti inflamatorios, que disminuyen el dolor y la
inflamación, ya que no hay medicamento
que cure esta enfermedad, los medicamentos más importantes en el tratamiento de
la AR son los llamados «fármacos antirreumáticos modificadores de la
enfermedad» (FAME), se suelen indicar durante períodos prolongados.
Recomendaciones
para los pacientes con AR leve o controlada:
• Seguir una dieta sana.
• No fumar.
• Dormir un mínimo de ocho horas diarias
.• Realizar un ejercicio físico aeróbico
moderado (30 minutos, tres veces por semana).
• Moderación en el consumo de bebidas
alcohólicas.
• Evitar, dentro de lo posible, las
actividades laborales o de ocio que conlleven un esfuerzo físico que sea
demasiado intenso sostenido.
Los analgésicos más potentes, como la
morfina y derivados, son muy efectivos para mitigar el dolor, pero tienen el
inconveniente de inducir adicción, por lo que se reservan para si. Los «AINE no selectivos» se vienen utilizando
desde hace décadas, y entre ellos se encuentran el ácido acetilsalicílico
(aspirina), el ibuprofeno, el diclofenaco, el naproxeno y la indometacina, en
situaciones extremas en las que las molestias son realmente intolerables.
Fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad (FAME) tradicionales: Metotrexato, Sulfasalacina, Leflunomida, Antipalúdicos.Fármacos antirreumáticos modificadores de la
enfermedad (FAME) biológicos: Infliximab, Etanercept, Adalimubab, Certolizumab, pegol, Golimumab.

Comentarios
Publicar un comentario